Rebozados perfectos

Trucos para conseguir unos rebozados crujientes

Conseguir unos rebozados crujientes es muy fácil con Crunchy Crumbs

Es imposible resistirse a un rebozado crujiente y dorado. Por eso no es extraño que sea una de las técnicas que más gustan entre mayores y pequeños. Verduras, carnes, pescados, quesos e incluso frutas; prácticamente podemos rebozar cualquier alimento con una capa de rebozado crujiente para convertirlo en una delicia.

Los detractores del rebozado dirán que no es muy saludable, de igual manera que sucede con los postres, pero no por ello, vamos a renunciar a semejantes placeres. Podemos diferenciar un buen rebozado de un mal rebozado precisamente en su absorción de aceite. Pues no hay nada peor que comer un rebozado blando y aceitoso. Un rebozado profesional siempre será un rebozado crujiente, dorado y seco, es decir, no absorberá el aceite, y de esta manera será mas ligero y no estaremos comiendo calorías de más.

Para que nuestros rebozados queden más sanos, crujientes y perfectos, utilizaremos Crunchy Crumbs de Esgir, un preparado excelente con el que podremos rebozar fácilmente cualquier alimento. No absorbe aceite y envuelve a los alimentos con una capa de rebozado crujiente y deliciosa.

Para que no haya ningún inconveniente durante el proceso, os queremos dar algunos trucos para que vuestros rebozados queden siempre super crujientes y perfectos.

Trucos para un rebozado crujiente y perfecto

Cuando cocinamos, ponemos mucho empeño y ganas en que una receta nos salga bien. Sin embargo, a veces el resultado no es el esperado. Esto es muy frustrante y solemos echarle la culpa a que la receta estaba mal o a que los ingredientes no eran los adecuados, y por lo tanto no queremos volver a repetir la desagradable experiencia. Sin embargo, lo que sí suele pasar es que cometemos algunos errores sin darnos cuenta, por eso no entendemos que a otras personas sí que les salga bien la misma receta.

Sin saber que es lo que estamos haciendo mal, no podremos mejorar. Así que para solucionarlo y que nuestros rebozados sean crujientes y perfectos, a continuación os explicamos los errores más comunes y cómo solucionarlos.

La temperatura del aceite no es la adecuada

Esto también se aplica a los fritos. Para un rebozado crujiente necesitamos que el aceite esté a la temperatura adecuada, ni muy caliente pues quemaremos el rebozado, ni muy frío pues estaremos bañando el rebozado. La temperatura perfecta son los 180º pero si no tenemos un termómetro de cocina, lo que podemos hacer es coger una minúscula porción del alimento que vayamos a rebozar y hacer la prueba.

Subir el fuego y bajarlo

Con las prisas, se suele poner el aceite a fuego muy alto y cuando vamos a echar los alimentos, le bajamos al fuego por miedo a que salte. Nunca debemos hacerlo, pues además de peligroso, nuestros rebozados quedarán desastrosos.

Mezclar varios alimentos en el aceite

Si queremos hacer un combinado de rebozados, por ejemplo, varios tipos de verduras rebozadas, podemos echar todas las verduras en ese mismo aceite. Lo que no podemos hacer es mezclar alimentos muy distintos, por ejemplo calamares rebozados y berenjenas rebozadas, pues así cambiaremos el sabor a nuestros rebozados.

Además esto es muy importante para las personas celíacas, ya que si en un aceite donde anteriormente se han freído alimentos con gluten seguimos friendo otros alimentos, automáticamente quedarán contaminados.

Cantidad del aceite

Si es poca cantidad, el aceite se enfriará enseguida al echar los alimentos y si es demasiada nos llevará mucho tiempo calentar el aceite y seguramente acabemos friendo los rebozados a una temperatura más baja de lo normal. Para un rebozado crujiente, en el término medio está la virtud.

Cantidad de rebozados

Aunque queramos terminar cuanto antes para empezar a comer nuestros rebozados crujientes, debemos ser pacientes. No podemos echar todos los alimentos al tiempo, pues no tendrán espacio para rebozarse bien. Por eso los haremos en varias tandas.

Además nunca debemos rebozar piezas grandes, siempre es mejor cortar y trocear los alimentos en piezas pequeñas, por ejemplo las verduras en bastoncitos o en tiras, el pollo en nuggets, etc.

No manipular los alimentos excesivamente

Aunque nos pueda la impaciencia, no debemos estar toqueteándolos con la espátula continuamente. Los quesos nunca los manipularemos porque se nos pueden deshacer. Y tampoco debemos pinchar los alimentos, pues la humedad del interior estropeará los resultados.

Ten por seguro que con estos trucos nadie se resistirá a tus rebozados.